jueves, 28 de mayo de 2015

Sugata Mitra y los SOLEs



Para entender el aprendizaje, debemos entender cómo
sucede la autoorganización y qué es lo que lleva
a ese misterioso proceso llamado “emergencia”.
Sugata Mitra

Sugata Mitra empieza su libro “Beyond the Hole in the Wall.Discover the Power of Self-Organized Learning”, con un planteamiento desafiante: la educación formal, tal como la conocemos, es una idea obsoleta; tanto como lo es el esgrima o el montar a caballo: hace 200 años era indispensable contar con estas habilidades, hoy en día nos movemos en auto y no tenemos que defendernos con nuestras espadas. Algo parecido ha ocurrido con la educación formal en las escuelas: fueron creadas para las necesidades de otros tiempos, de otra sociedad, de otra realidad. Cada día es más evidente que, tanto las escuelas en particular, como la educación formal en general, aportan los conocimientos y habilidades que necesitarán los cognómadas de las sociedades del futuro.

Mitra se dio cuenta de que, mientras más alejada de los centros urbanos se encuentre una escuela, es menos probable que cuente con buenos maestros; ya que los maestros más capaces y preparados, generalmente buscarán moverse a las ciudades grandes. Esto le hizo pensar en alternativas para hacer llegar educación de calidad a los poblados más remotos. De modo que a alguien de su equipo se le ocurrió un experimento: colocar una computadora con acceso a internet dentro de un agujero en la pared, en un área abierta al público, en especial a los niños. A este experimento se le llamó, simplemente, The Hole in the Wall; y nadie se esperaba lo que iban a encontrar.

Descubrieron algo asombroso: los niños, sin ayuda ni intervención de ningún adulto, eran capaces de organizarse para hacer uso de la computadora, aprender a usarla, enseñarse unos a otros y empezar a aprender otras cosas aprovechando internet. Las implicaciones de esto son enormes, y le han dado a Mitra material para varios estudios formales y un par de libros. El proyecto incluso inspiró a Vikas Swarup a escribir su novela “Q&A”, en la que está basada la película, ganadora de 8 Óscares, “Slumdog Millionaire”.

El nombre formal del proyecto fue Educación de Mínima Invasión (Minimally Invasive Education, MIE), aunque para el resto del mundo siguiera siendo The Hole in the Wall. La MIE tiene como base los llamados SOLEs (Self-Organized Learning Environment) o Ambientes de Aprendizaje Auto-Organizados, los cuales abordaré con más detalle en otra entrada. La existencia de los SOLEs ha dado como resultado la aparición de los SOMEs (Self-Organized Mediation Environments) o Ambientes de Mediación Auto-Organizados, en donde un adulto conectado a internet ayuda a los miembros de un SOLE, básicamente aportando las preguntas adecuadas.

El principio por el que funcionan los SOLEs no es simple, pero podría explicar algunos fenómenos de las actuales comunidades digitales, incluyendo las redes sociales:
Ø  Los sistemas conectados pueden auto-organizarse.
Ø  Los sistemas auto-organizados presentan comportamiento emergente.
Ø  La emergencia puede producir cognición.
Ø  La cognición, junto con la sensibilidad a un pasado y un futuro, puede producir consciencia.
Ø  Un sistema consciente se ve afectado por los estados de todos los sistemas que están, han estado o estarán conectados con él, incluyendo su propio estado.

Sugata Mitra propone entonces que, si el aprendizaje es un fenómeno emergente, dentro de sistemas auto-organizados, entonces el papel del maestro será el de proporcionar estímulos en forma de “grandes preguntas”. Esto debe incluir preguntas para las cuales ni el maestro, ni quizá nadie más, conoce las respuestas. Estas deben ser el tipo de preguntas que ocupen por siempre la mente de nuestros alumnos. Si esto ocurriera, los estudiantes no necesitarían más que aprender tres habilidades básicas: 1) lectura de comprensión; 2) búsqueda y análisis de información; y 3) un sistema racional de creencias, que los proteja del adoctrinamiento. Estos alumnos no necesitarían escuelas (al menos no las escuelas que conocemos), necesitarían un ambiente de aprendizaje y una fuente de preguntas grandes, interesantes, desafiantes. Hasta ahora, sabemos que las preguntas pueden darnos respuestas, pero no son capaces de proponer preguntas; ése sería justamente el papel del maestro: un proveedor de grandes preguntas.


Más de Sugata Mitra

Charlas en TED:
Cómo los niños se enseñan a sí mismos



Educación guiada por niños



Construyendo una escuela en la nube


Libro:

Sitios web:


Iván Camacho Anguiano


Iván Camacho Anguiano estudió la Licenciatura en Química de Alimentos en la Universidad La Salle, en donde fue subdirector del periódico universitario Pulsación; y la Maestría en Educación Científica en el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (CIMAV). Se ha desempeñado como profesor de Ciencias desde el 2003 en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua y de Ciencias, Historia y Español en el Centro de Educación Innovativa Elizabeth Seton. Es miembro del grupo de maestros que implementó por primera vez en habla hispana el proyecto para la enseñanza de las ciencias “Materials World Modules” (MWM); creado por la Northwestern University e implementado por el CIMAV. Es autor del libro “Ecología y Medio Ambiente” con ST Editorial, el cual lleva más de 50,000 ejemplares vendidos en cuatro ediciones. Ha sido editorialista en El Heraldo de Chihuahua y ha colaborado como formador de profesores en las instituciones donde labora. Participó como ponente en TEDx DF 2012, Diseñando el futuro: http://tedxtalks.ted.com/video/Ivn-Camacho-at-TEDxDF  . Ha colaborado con el suplemento infantil QUO Niños y con la sección del mismo nombre desde 2013. En junio de 2013 ganó una beca por parte de Honeywell Educators para participar en el Space Camp for Educators, en el United States Space and Rocket Center, en Huntsville, Alabama. Actualmente es el Coordinador del Centro de Estudios Superiores Elizabeth Seton, institución que se dedica a formar maestros en Chihuahua, Chihuahua; en donde además imparte las clases de Observación y Práctica docente.

martes, 19 de mayo de 2015

Cuento Motor





EL CUENTO MOTOR COMO ESTRATEGIA DIDACTICA
“Es un género tan antiguo como la imaginación humana,
que consiste en el relato de casos fabulosos,
ya sea  para recrear con su mera exposición
o para sacar de ellos alguna enseñanza.”
Marcelino Menéndez y Pelayo.       

El cuento motor tiene las virtudes pedagógicas del cuento narrado y del juego, pero su esencia se basa en el movimiento. Es una variante del cuento hablado, un cuento representado, un cuento jugado, en el cual hay un narrador y un grupo de alumnos/as que representa lo que dice, dicho narrador.
Los cuentos motores son narraciones breves de hechos imaginarios, con un conjunto reducido de personajes, cuyo hilo argumental es sencillo y nos remite a un escenario o contexto imaginario donde se llevan a cabo diferentes tareas motrices, actividades y juegos asociadas a la trama de dicho cuento. Estos cuentos pueden ser tanto orales como escritos, a la vez populares o creados específicamente como tal y de esta manera los participantes irán emulando a los personajes del cuento.
Uno de los grandes beneficios que presentan los cuentos motores de forma general, es la gran motivación que produce en los niños, ya que al tener que desempeñar las acciones motrices que los personajes realizan se sienten los protagonistas del relato., De este modo, se ven identificados con las acciones (Iglesia,  2005)., Promoviendo la comprensión del mundo, pues acerca al niño a situaciones cotidianas y reales ayudando así a comprender las relaciones humanas, fomentando la animación a la lectura, además de la asimilación de valores por lo que tiene la finalidad de contribuir en el desarrollo físico, cognitivo afectivo y social del niño por eso se integra como recurso didáctico.


El cuento motor representa una gran apoyo para los maestros de educación infantil, es una herramienta pedagógica que no se debe desaprovechar pues podemos vincular cualquier tema, área de formación o materia escolar, además de trabajar y fortalecer el desarrollo psicomotriz del niño, facilitan una intervención pedagógica efectiva al ser historias narradas y participativas además de divertidas, reúnen las condiciones más adecuadas para cumplir con la tarea educativa, el juego motor se transforma en una estructura esencial para la construcción del pensamiento del niño, el juego simbólico implícito en él es motivador y se constituye en el enganche para avanzar en el aprendizaje,pues estrategias más directivas tienden a saturar el interés del niño y lo que no es interesante para él, simplemente lo desecha.
Todos los cuentos refuerzan las capacidad de imaginar por ello cuando se esta escuchando el cuenta los niños tiende a imaginarse que son ellos los protagonistas de la historia y se hace protagonista activo al ir representado lo que en el se cuenta.
El cuento debe tener las siguientes características:
           Refuerza la capacidad de imaginar.
           El cuento motor es un eslabón previo al cuento escrito.
           Puede ir paralelo al cuento narrado.
           El cuento motor incide directamente en la capacidad expresiva de los niños
           Se interpreta cognitivamente y luego se interpreta motrizmente.
           El niño es el protagonista absoluto.
           Es una fuente motivadora de interés por las historias y personajes.
           Introduce en los caminos sorprendentes de los libros.
El cuento motor puede ser un excelente referente en la medida que:
           Propicia un marco idóneo para la interdisciplinariedad.
           Educa desde la globalidad personal.
           Estimula el desarrollo de la creatividad.
           Posee un carácter flexible.
           Permite integrar actividades, juegos, desafíos y opciones metodológicas de carácter cooperativo.
           Abre puertas hacia el interculturalismo.
           Puede constituir un escenario singularmente rico en el ámbito de la educación en valores y las competencias básicas tan perseguidas por el currículo
El cuento deberán seguir una estructura la cual consta de tres partes: la primera es la fase de animación donde se comienza con la introducción a la historia y por un calentamiento, en el que las exigencias físicas se incrementan progresivamente, luego viene la parte principal o medular, donde comienza la narración y el niño empieza a vivenciar el cuento en la que se focaliza el desarrollo de las habilidades prioritarias de acuerdo a los propósitos, después viene la ultima fase, aquí es la vuelta a la calma donde invitamos al niño a respirar y a relajarse después de representar el cuento., también durante la puesta en escena el narrador hace pausas durante la narración mientras los niños escuchan y realizan la acción a la indicación, si se utiliza música debe ser apropiada al tema del cuento, es necesario ofrecer momentos de pausa y recuperación, además es conveniente conocer el relato y vivenciarlo. También, debemos tener en cuenta los diferentes tipos de cuentos que existen, inventados o adaptados por el maestro y los niños.
pamela franco


REFERENCIAS
 Conde J. L. (2001) Cuentos motores. Vol I y II. Editorial Paidotrio. Barcelona
Ceular  M. (2009) Los cuentos motores en la educación infantil. Revista digital Innovación y Experiencias Educativas. España. http://www.csicsif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/MARIA%20TERESA_CEULAR_1.pdf. (Recuperado el 10 de febrero del 2014)
Iglesia, J. (2008): Los cuentos motores como herramienta pedagógica para la Educación  Infantil y Primaria. http://www.icono14.net/revista. nº10 (Recuperado el  20 de Enero de 2014)
Memorias del XVII Congreso Internacional de educación física, deporte y recreación (septiembre 2013). Cuento motor como recurso didáctico por Sandra Manira Martínez Holguin. http://www.fccf.uach.mx/informacion/2012/01/23/memorias (recuperado 08 mayo del 2015)
Vargas, R., Y Carrasco, L. (S/f).El cuento motor y su incidencia en la educación por el movimiento. Universidad Católica del Maule

jueves, 14 de mayo de 2015

Manejo del comportamiento inadecuado



La mayor parte de los comportamientos infantiles son aprendidos ya que cada grupo social elabora sus normas y pautas de conducta. Estos comportamientos se repiten según el efecto que producen en el medio que rodea al niño. La conducta es el resultado de la interrelación entre pequeño y su ambiente.
El aprendizaje de la conducta se realiza principalmente por:
ü  Experiencias anteriores. El niño o la niña reacciona en respuesta a estímulos que guardan semejanza con otros estímulos aprendidos con anterioridad y que le reportan beneficio o perjuicio.
ü  Por esfuerzo operante. Los comportamientos han recibido refuerzos que pueden ser positivos como un premio, o negativos como un castigo, inmediatamente después de haberse realizado.
ü  Por aprendizaje social (observación o imitación)
Hablamos de problemas de comportamiento cuando, por defecto o exceso, éste no se adapta a las pautas de conducta preestablecidas.
El niño no hereda comportamientos desadaptados, son consecuencia de procesos de aprendizaje. El ambiente familiar, el escolar o social los fortalecen. Si los comportamientos son adquiridos, pueden ser modificados, además de poder prevenir los que aún no existen. Para poder cambiar un comportamiento inadecuado, debe modificarse también el de las personas que rodean al niño, ya que le han ofrecido reforzadores, como la atención concentrada, ante dicho comportamiento.
Al hablar de problemas de comportamiento hay que distinguir entre aquellos que el niño desarrolla de forma inadecuada y frecuentemente (por lo tanto nos centraremos en que disminuyan o desaparezcan) y los comportamientos que el niño debería de realizar en función de su edad y no lo hace, o bien lo hace de forma incorrecta (en este caso debemos crearlos o perfeccionarlos)
El niño realiza el aprendizaje por medio de ensayos y errores o aciertos. Repite un comportamiento porque tras realizarlo ha obtenido una ventaja, una gratificación o un beneficio. Conviene averiguar qué reforzadores está obteniendo cada niño ante sus comportamientos desadaptados con el fin de suprimirlos.
El castigo se utiliza para que el niño experimente unas consecuencias desagradables por su conducta. Puede ser de cuatro tipos:
ü  Agresión física (azotes, bofetadas)
ü  Agresión verbal (críticas, insultos, juicios de valor)
ü  Prohibición de algo agradable (no ver la televisión, no salir al parque)
ü  Retirada de un privilegio (acostarse más pronto)
Otro tipo de castigo muy frecuente es el chantaje emocional o castigo psicológico, que se utiliza cuando, tras el comportamiento, los adultos mantienen interminables silencios, malas caras, exageradas entonaciones de voz y estimulan los sentimientos de culpa durante un tiempo interminable.
El sistema de castigos no es adecuado en ningún caso. Está demostrado que el efecto del castigo es temporal y en el momento en que se modifican las circunstancias en que se aplicó, la conducta vuelve a repetirse.
Puede ocurrir que lo que el adulto considera desagradable para el niño, en realidad no lo sea y, en vez de considerarlo un castigo, se convierta en un reforzador, aumentando el comportamiento desadaptado en intensidad y frecuencia.
El castigo suele ir acompañado de otros efectos emocionales como la ansiedad, el miedo, etc. Cuando el niño lo recibe escucha además juicios sobre su valor personal: “eres un desordenado”, “eres malo”, “eres desobediente”, etc. lo cual lesiona gravemente su autoestima, las habilidades que el niño esté desarrollando en ese momento pueden quedar perturbadas por la ansiedad que siente y las consecuencias erróneas se pueden prolongar en el tiempo e interferir la adquisición de nuevos aprendizajes. Si el niño comete un error en su actividad y se le castiga, aumentará su ansiedad y es posible que cometa nuevos errores. Cuando el pequeño experimenta miedo o ansiedad, intenta liberarse de ese estado emocional evitando enfrentarse con la situación que lo provoca.
Por esto y otras muchas argumentaciones, no se considera el castigo como un método eficaz de eliminar comportamientos desadaptados. Además la violencia física o verbal que acompaña al castigo puede convertirse en modelo a imitar por el niño, desarrollando nuevos comportamientos desadaptados como la agresividad.
Para suplir o evitar el castigo, se sugiere aplicar el método de las consecuencias lógicas. El niño debe saber que todo comportamiento tiene unas consecuencias lógicas, que no son el castigo impuesto por los adultos.
ü  Los padres deben establecer normas de conducta y enseñarlas al niño.
ü  El tono de voz amistosa es más eficaz. Si el niño percibe el enojo del adulto, está consiguiendo un posible beneficio: conseguir toda la atención como fruto de su comportamiento. Puede ocurrir que el enojo o la irritación provoque el deseo de represalias del niño.
ü  No decir por adelantado cuál será la consecuencia, esto se convertiría en una amenaza y anularía el efecto de la consecuencia porque el niño sabe con antelación lo que ocurrirá. Además el niño puede decidir enfrentar la consecuencia como “una lucha de poder” y ver si el adulto sigue hasta el final.
ü  Cuando el pequeño experimenta la consecuencia de su comportamiento no hay que decirle “Te lo advertí”, si machacamos sobre el resultado, anulamos el valor correctivo y fomentamos la “lucha de poder” del niño para ganar la batalla final. La consecuencia debe estar relacionada con el mal comportamiento. El niño tiene que ver la relación entre lo que hace y el resultado, en otro caso no sería eficaz. Por ejemplo, si Juan rompe un juguete con intención, se le retira sin ofrecerle otro a cambio. Si Daniel no se lava las manos, no puede sentarse a la mesa para comer.
ü  Además, los padres deben tener en cuenta:
ü  Evitar la competitividad y la comparación. Respetando la individualidad de cada niño consiguen que se responsabilice por sus propios actos.
ü  No lamentarse por el niño cuando le ocurre algo. En vez de ayudarle a superarlo, provocan su lamentación y no le motivan para que se sobreponga. Con empatía comprenderán sus emociones al respecto y le indicarán el modo de encauzar las emociones de forma adecuada para superar el problema.
ü  No utilizar las charlas moralizantes. El niño debe tener claro que la consecuencia de su comportamiento no es algo que el adulto le impone, sino la propia situación. Evitar las moralizaciones es evitar los juicios de valor, los rechazos y fomentar la autoestima. Empezar por modificar un solo comportamiento, tomando el tiempo que sea necesario. Primero se conseguirá una disminución en la frecuencia e intensidad del mismo. Eliminarlo lleva bastante tiempo, sobre todo cuando el comportamiento está muy interiorizado. Cuando se observen cambios positivos, puede trabajarse la disminución y eliminación de otros comportamientos.

ü  Cuando el adulto abandona los sermones, los retos, las luchas de poder y las expectativas inadecuadas, no solo mejora el comportamiento del niño, también la relación. El pequeño busca nuevas formas de ser aprobado y reconocido.

ü  No utilizar castigos físicos, verbales ni emocionales. El niño aprende que la violencia es la respuesta adecuada para resolver problemas, sobre todo cuando existe frustración, que es en realidad lo que siente el adulto que recurre a estos métodos.

ü  Hay situaciones que no se prestan para tener consecuencias eficaces o que no son apropiadas, bien porque el resultado es perjudicial o peligroso, o porque la consecuencia no puede ser inmediata y, en caso de aplicarla, se convertiría en un castigo.

Para comenzar la eliminación de comportamientos desadaptados conviene elaborar una lista de los mismos, anotando la frecuencia, la intensidad y lo que sucede antes y después de cada comportamiento. Esto ayuda reflexionar sobre los beneficios que obtiene el niño como consecuencia de dicho comportamiento y lo que puede provocarlo. Si tienen claros estos datos, estarán en el mejor de los caminos para alcanzar su objetivo.

En el primer lugar de la lista coloquen el más desadaptado de los comportamientos y, después de una semana de intentar modificarlo, vuelven a anotar la frecuencia e intensidad para controlar si aparecen resultados positivos. Cuando el comportamiento ha disminuido considerablemente, pasen a hacer lo mismo con el segundo comportamiento anotado en la lista.

Gabriela García Guzmán


Gabriela García Guzmán es Licenciada en Ciencias de la Educación, orgullosa egresada del CESES; a su vez es Licenciada en Educación Preescolar por acuerdo 357 del CENEVAL, cuenta con una Maestría en Estrategia Educativa.
Instructor y Evaluador en Normas Técnicas de Competencia Laboral tanto de procesos educativos como de cursos de actualización y capacitación docente.
Cuenta con dieciocho años de experiencia docente en los niveles de educación inicial, preescolar, primaria, licenciatura y capacitación para la profesionalización laboral de los adultos.
Ha sido director académico en diversas instituciones educativas, y actualmente colabora como catedrática en el CESES.