Representa un reto siempre poder seleccionar algo importante
para la publicación del Blog del CESES, pero también una satisfacción
de poder compartir lo que en mi práctica docente ha dejado una huella profunda.
En esta ocasión, he decidido darle un espacio a la figura de
Celestin Freinet, pedagogo francés, representante de la Escuela Nueva y
promotor de reformas educativas trascendentales para su país y un legado
histórico, cultural y académico para la humanidad.
Nacido en los Pirineos Franceses, a temprana edad tuvo que
enrolarse en las filas de la milicia de su país para combatir en la Primera
Guerra Mundial. Su experiencia en ese escenario, no le permitió salir bien
librado. En el frente de batalla salió gravemente herido; dañados sus pulmones,
a grado tal que su voz se vería afectada, no impidió sus deseos insesantes por
convertirse en un docente consagrado a la niñez francesa de su tiempo y adoptar
el pacifismo como un estilo de vida permanente.
Durante su convalecencia, se interesó en los escritos de
Marx, Engels y Lenin, entre otros, lo que le permitió tener una visión más
amplia de lo que representaba convertirse en maestro.
Recuperado, con nuevos bríos y convencido de lo que
representaba la educación para el contexto histórico en el que se desarrollaba,
en 1932, Freinet abandonó la enseñanza pública y crea su propia escuela.
Intenta de un modo natural, adoptar una enseñanza sin
formalismos según sus posibilidades físicas y en función de las reacciones de
sus alumnos. Es así como empieza a percibir los intereses de los alumnos
integrándolos en la enseñanza para evitar la desintegración del pensamiento
infantil. Igualmente suprime la clase de moral y la sustituye por una frase
sugestiva que deja en la pizarra durante una semana para tratar de influir el
comportamiento del alumno.
En 1923 decide Freinet consagrar sus esfuerzos no al alumno
susperdotado sino a todos los alumnos sin excepción, sin importar las
diferencias de inteligencia, carácter o nivel social. Por .lo tanto, debe
concebir técnicas válidas para cualquier alumno y que deberán partir del
interés general de la clase.
Además, la observación de sus clases le hace darse cuenta de
que no hay continuidad entre el pensamiento del niño y el texto definitivo,
puesto que los episodios interesantes, escritos, leídos y copiados en la
pizarra no dejan rastro alguno. Es así como se le ocurre que la solución está
en imprimir el pensamiento del niño. Se inicia entonces Freinet en todo lo
relacionado con la imprenta, cuyo manejo de las letras le da grandes esperanzas
para los niños.
En 1924, a pesar de la incredulidad general, Freinet
entusiasmado adquiere todos los instrumentos necesarios para su imprenta,
quedándose en bancarrota. A pesar de eso, Freinet y sus niños sacan su primera
hora impresa en papel inadecuado, por lo que pide ayuda económica en una
reunión sindical de maestros. En ella muestra su reciente trabajo con los
niños, pero nadie comprende su alcance pedagógico.
A finales del año, un maestro de Tregunc (región de
Finisterre) compra una imprenta para su clase, lo cual da paso a la imprenta en
Tregunc. De ese modo, cada alumno de ese lugar se hace corresponsal de los
alumnos de Freinet. Cada dos días los alumnos envían textos libres que son
contestados por los de Tregunc. La información contenida en esos textos porta
sobre lo que comen, lo que cosechan, lo que fabrican, los árboles, los animales
y las flores que tienen, las fiestas que hacen, en fin, todo lo que se hace en
el pueblo.
En 1926 ya hay varias escuelas francesas de provincia que
han adaptado la imprenta y que están en correspondencia interescolar.
Enseguida se da cuenta Freinet que su prensa ya no es muy
práctica y echando mano de sus ahorros construye una nueva con el carpintero
del lugar. La ciudad empieza a interesarse en la imprenta y más que nada los
niños, pues les gusta tener noticias de las otras escuelas.
A principios de 1929 nace el fichero escolar al plantearse
la necesidad de tener documentos al alcance de los niños. Estos documentos
tienen que ser ágiles para permitir la enseñanza individualizada; así surge la
idea de la ficha sencilla y móvil.
A la par de los temas de los que se ocupa Freinet, gran
importancia reviste el de la disciplina, la cual en su acepción, según él,
debería desaparecer del vocabulario pedagógico. Añade que la disciplina es
necesaria cuando en la clase no hay una actividad libre como base de toda su
organización. La disciplina es necesaria para reprimir las aspiraciones del
niño o para obligarlo a hacer tareas que no le agradan, ya que él cuando
participa en algo que le apasiona, se disciplina automáticamente.
Este humilde hombre representa un ícono dentro de la galería
de pedagogos. Sensible y con un corazón noble, demuestra que ante las
vicisitudes y con pocos recursos, logró brindar a sus alumnos, la satisfacción
de transmitir un mensaje que impactó positivamente en los corazones y en las
mentes de aquellos que tuvieron el privilegio de tenerlo como maestro. Ni los
estallidos de los estruendosos cañones en el fragor de la batalla, ni los que
lo señalaban y calumniaban por el pensamiento de una educación innovativa,
acallaron el deseo fervoroso de brindar una vida que dignificara a la niñez de
su tiempo.
MES Federico Rubén Lira Ramos
MES Federico Rubén Lira Ramos