A partir de la escritura, es que los historiadores
señalan la diferencia entre prehistoria e historia. Así de trascendente es la
escritura.
La profesora de literatura Rafaela Parroquín Razo,
comentó en alguna ocasión que “la escritura es la memoria de la humanidad”.
Esta frase me ha acompañado a lo largo de mi carrera y definitivamente, ha
marcado el rumbo de mi trayectoria como docente.
El trabajo docente va más allá de enseñar a leer y
escribir a un niño, es necesario rescatar la maravilla de este hecho. La
escritura da perpetuidad a las ideas, a las palabras y las acciones que hombres
encumbrados o sencillos han expresado a lo largo de la historia.
¿Cómo sabemos de Pitágoras?, ¿cómo ha logrado el ser
humano llegar a la Luna, explorar el espacio o investigar diminutos virus, bacterias o células?, ¿cómo lograríamos
comprender las palabras de Jesucristo, de Buda, de Gandhi, o de tantos seres
que han guiado a la humanidad con sus enseñanzas? La respuesta a todas estas preguntas y a otras muchas
más es: la escritura y evidentemente, la lectura.
Escritura – lectura es un binomio inseparable que ha
permitido al hombre convertirse en un ser maravilloso que puede alcanzar todo
lo que se proponga. Las investigaciones y registros de unos han sido
inspiración para otros; quienes continúan el trabajo de sus antecesores y lo
van superando, otros lo desarrollarán más, así de generación en generación.
Sin embargo, esta maravillosa herramienta resulta para
algunos sólo una necesidad para aprender las diversas asignaturas. Muchas
personas sólo leen lo que requieren en la escuela, no buscan la lectura
recreativa, el goce de conocer los sentimientos de otro, se pierden de la gran
aventura de conocer a mucha gente, miles de personajes que se van presentando
en los libros y también del maravilloso arte de recrear con la imaginación
todos los lugares que nos presentan los autores.
Nuestra labor debe ir más allá de enseñar a los niños
a decodificar lo que otros plasman y también de ser capaces de crear un mundo
de fantasía a través de la palabra escrita.
Es muy satisfactorio poder ver todo el potencial que
tienen los niños pequeños, ellos disfrutan aprender a leer, quieren leer todo,
comprenderlo todo y también quieren que otros lean lo que ellos han hecho.
¿Por qué entonces México no es un país de lectores?
Hay muchas causas, muchas las excusas y pretextos para no hacerlo.
Pero en nuestras manos está el poder de transmitir esa
maravillosa habilidad a todos aquellos alumnos que están en contacto con nosotros.
Creo que nuestro deber es generar en todos los
alumnos, no importa el nivel del que se trate, desde la primaria hasta la
formación profesional, esa necesidad de leer, ese placer que nos está
esperando. Es nuestra obligación contagiar a los alumnos de un entusiasmo
sincero del placer de leer.
Recientemente una maestra expresó en una reunión de
Consejo Técnico Escolar, cuando se presentó la convocatoria del concurso
estatal de lectura: “¿Cómo voy a pedirle a los niños que lean si a mí no me
gusta?” Esas palabras muestran una realidad. A pocas personas les
gusta leer y a menos personas les gusta escribir. Es imprescindible que rescatemos la esencia de la
lectura, que llevemos a los niños a un mundo de fantasía y de ilusión por medio
de los libros.
En la licenciatura en ciencias de la educación, que se
imparte en el Centro de Estudios Superiores Elizabeth Seton, se da mucha
importancia a la lectura y la escritura de sus alumnos y maestros. En el cuarto
tetramestre se desarrolla la materia: Apropiación de la lengua oral y escrita
II, que muestra múltiples actividades divertidas que llevan al niño a disfrutar
de la lectura y la escritura. Esta
materia permite a los alumnos, los futuros maestros, contar con un decenas de
propuestas que brindan la oportunidad de crear y recrear lugares de ensueño,
divertidos momentos de diálogos, dramatizaciones, ideas para escribir,
oportunidades para que los pequeños inicien por este camino de la escritura.
Se presenta el rincón de los poetas, el rincón de los
escritores de fábulas, el rincón de los cuentos, loterías de ortografía, cambiando los finales, el cofre de aventuras,
entre otras muchas actividades.
Pero tal vez, la actividad más impresionante, la que
más llama la atención por su majestuosidad, es: El viaje imaginario. Para realizarlo, los alumnos se ponen de acuerdo y
eligen el lugar que quieren visitar, es necesario realizar una investigación
profunda de los diversos aspectos que envuelven a ese país: su cultura, la
situación geográfica, el clima, su gastronomía, su historia, la moneda que se
utiliza, su literatura, escultura, arquitectura, en fin… todo lo que tenga que
ver con el país al que se viajará con la imaginación. Los futuros maestros
dividen su grupo en pequeños equipos para investigar sobre uno de esos aspectos
señalados, consultan y elaboran una monografía con los resultados de sus
investigaciones.
Posteriormente, decoran un salón con cientos de
detalles que permiten a los visitantes imaginar que están en el país
seleccionado. Hay comida tradicional, vestuario, maquetas que muestran la
geografía e hidrografía del lugar, fotografías de su arquitectura, escultura,
en fin… se puede decir que “visten” el salón como un pedacito de ese país.
Es sólo una actividad de promoción de la lectura, pero
es tan maravillosa, que los niños y los adultos la disfrutan intensamente.
Eso debemos hacer; promover actividades atractivas
para motivar a los niños a leer y a escribir. Sólo me resta decirles que busquen un buen libro,
gócenlo y compártanlo con alguien más, no solo el libro, sino sus experiencias,
su opinión y el aprendizaje obtenido con la lectura.
Lean, pero sobre todo, gocen de la aventura de los
libros, y anímense a escribir.
María de la Luz Macías
La Lic. María de la Luz Macías Morales estudió en la
Normal del Estado (Profr. Luis Urías Belderráin), posteriormente la
licenciatura en Lengua y Literatura en la Normal Superior (Profr. José E.
Medrano R.), la maestría en educación, campo: Práctica docente, en la UPN
(Universidad Pedagógica Nacional).
Actualmente trabaja en la primaria del Centro de
Educación Innovativa, Elizabeth Seton, atendiendo el grupo de quinto grado y
desde hace dieciséis años, en la licenciatura en ciencias de la educación, en
el Centro de Estudios Superiores, Elizabeth
Seton, con las materias: ortografía, redacción, expresión oral, lengua materna,
apropiación de la lengua oral y escrita y necesidades educativas especiales. Es
una enamorada de la literatura, ama la lectura y la escritura.